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TEXTO PARA "EL UNIVERSAL"
- 1.- La
Librería "El Día" inicia sus actividades en el
año de 1963, impulsada por ALFONSO LÓPEZ CAMACHO,
(padre del que esto escribe) exiliado de la guerra civil
española que llega a Tijuana en el año de 1950,
tras su paso por Santo Domingo y México D.F. La
librería nace como un medio de vida, vinculado a un
proyecto ideológico de quien se siente comprometido con la
necesidad de transformar su entorno social a través del
conocimiento y de la cultura. En esta dirección, al mismo
tiempo, se crea la primera librería móvil de la que
se tenga memoria en la ciudad, con el fin de acercar los libros a
las colonias lejanas y olvidadas de Tijuana y cuyo nombre
"Cultura y Vida" anunciaba la intención de su apostolado.
Como buen republicano, le imprime un sello liberal que se refleja
en un acervo bibliográfico que pretende, de alguna manera,
incidir en los cambios sociales; referente que se mantiene con
ciertos matices hasta nuestros días. Fue la primera
librería en Tijuana con una oferta exclusiva de libros,
que no participaba de ningún otro artículo
misceláneo como era usual en el medio, con la presencia de
los sellos editoriales mexicanos de más prestigio que
llegaba por primera vez a la frontera, tales como la UNAM, Siglo
XXI, Fondo de Cultura Económica, etc., así como
editoriales extranjeras entre las que sobresalían las
ediciones chinas de Guozi Shudian y la Editorial Mir de
Moscú. Su nombre, homónimo de un periódico
capitalino, que como aquél se anuncia como "Vocero del
pueblo mexicano" tenía el fin de emparentarlo, previo
mutuo acuerdo, por sus afinidades
políticas-ideológicas, al mismo tiempo que por el
apoyo de carácter publicitario que la hermandad
representaba para la incipiente librería.
- 2.- Los servicios propios de una librería que, en su
segunda generación, continua preocupada por una oferta que
vaya más allá de la demanda natural de su mercado,
alentado la curiosidad de los lectores frente a la diversidad
bibliográfica que ofrece la creación intelectual en
todos los ámbitos del pensamiento. La salud de una
librería, como la de cualquier otro negocio, viene
arropada por la solvencia y características de su mercado,
y en este sentido, e inevitablemente, se ve en la necesidad
vender el libro de texto para equilibrar su ejercicio
económico, viéndose sumamente afectadas con la
paulatina marginación de los libros de secundaria, lo que
ha venido agravando una situación, de por sí ya
precaria, ante la ausencia de una sociedad lectora. Así no
es de extrañar que el libro de texto que debería
ser un elemento complementario, adjetivo, asuma una calidad
sustantiva. Atrás quedaron los años de bonanza
representados por una demanda escolar que propiciaba el
crecimiento y cuya continuidad es impensable en las actuales
circunstancias, afectada por una sociedad que no ha crecido
cualitativamente lo suficiente para cubrir el vacío que
supone la ausencia del estudiante de las librerías.
- 3.- La mejor estrategia de mercado, la mejor publicidad, es
crear unas condiciones singulares que por si solas establezcan y
difundan sus diferencias ante otras propuestas análogas,
fincando una opinión pública que acerque a los
consumidores sensibles a la calidad de la oferta, la que en el
caso de una librería viene determinada por la riqueza de
su acervo, principalmente, la atención al cliente con la
presencia de novedades y servicio de búsqueda, así
como de un ambiente confortable en cuanto a instalaciones y
exhibición. La formación de un público
lector es inherente a la educación, a los programas de
formación humana del niño en la escuela y en el
hogar, si en éste se dan las condiciones necesarias.
Iniciar al ciudadano en la lectura no es una tarea propia del
librero agobiado por otras preocupaciones propias de su oficio,
además de la dificultad que entraña el cambio de
hábitos en los adultos.
- 4.- La vinculación cultural se fomenta con la
participación, directa o indirecta, en las diversas
actividades que instituciones públicas y privadas realizan
en la ciudad, con especial énfasis en aquéllas en
que el libro tiene un protagonismo principal, como es el caso de
la presentación de autores en el propio marco de la
librería. Cabe destacar que por iniciativa de la
Librería "El Día", en el año de 1980 se
realizó la I Feria del Libro de Tijuana, la que el
próximo año cumple su vigésimo quinto
aniversario. Esta presencia del libro en la calle se ha
convertido en una fiesta urbana de la cultura, vinculada al
Instituto Municipal de Arte y Cultura del Ayuntamiento de
Tijuana. El apoyo a las publicaciones periódicas
culturales es otro espacio que ayuda a mantener la imagen en
entornos afines a sus objetivos. En general, la industria
editorial no demuestra gran sensibilidad hacia las
librerías como espacio cultural, más bien marcan
políticas que privilegian a las empresas con más
capacidad de compras, que tratan al libro como un objeto
más de consumo, con objetivos que no van más
allá del rendimiento económico final. Hay que
reconocer, no obstante, la valiosa colaboración que supone
para la gestión librera la confianza de su crédito
y, en los últimos años, el apoyo de los
envíos a consignación, cuyo pago está
condicionado por el resultado de la venta.
- 5.- La librería genuina debe ser considerada una
empresa eminentemente cultural, ya que por su naturaleza alimenta
todas las actividades que le dan sentido al desarrollo humano de
una sociedad. Pero desde hace muchos años éstas
tienen graves problemas que afectan a su gestión y
crecimiento por el limitado mercado de lectores cuyo promedio de
consumo de libros tiende a la baja, diluido por el aumento de una
población que no se integra a la lectura y resta en lugar
de sumar. Este rezago secular, tiene su antídoto en una
educación de calidad que contemple el hábito de la
lectura integrado a la formación del estudiante desde su
infancia. Considerando la situación de un mercado tan
singular y reprimido, a la par que la trascendencia que el libro
y la lectura tiene para el desarrollo pleno de México, es
urgente una política de estado que aborde la gravedad del
problema con medidas de apoyo al editor y al librero mientras el
libro no se convierta en un artículo rentable, con un
comportamiento comparable a cualquier otro satisfactor de la
voraz sociedad de consumo.
- 6.- Ninguna actividad cultural debería considerarse a
priori como una empresa de lucro, si bien hay que establecer
diferencias entre las políticas de estado que invierten el
dinero público y la iniciativa privada cuyo ejercicio,
como cualquier otra actividad económica, persigue un
rendimiento que le de sustento en una dinámica que incide
en el PIB nacional.
- 7.- El libro es un artículo que circula libremente
ajeno a tratados, y que en México, afortunadamente hasta
hoy, permanece sin gravamen alguno. En Tijuana, no obstante, se
observa que el flujo de latinoamericanos que aprovechan el cruce
para comprar libros se ha visto afectado por el ambiente de
pánico que ha propiciado la política americana ante
el terrorismo, frenando el desplazamiento de sus ciudadanos.
- 8.- A sus 43 años de vida, el futuro reto de la
Librería "El Día" descansa en su tercera
generación, Bladimir López Ontiveros, nieto de su
fundador, que debe asumir la responsabilidad de mantener un
proyecto de vida familiar que se sustenta en la venta del libro
como un objeto mercantil, pero también en la
satisfacción que representa el valor añadido de su
trascendente carga cultural, imprescindible para el progreso y el
ejercicio de la democracia en México.
V. Alfonso López Camacho
Tijuana, B.C.
25.09.06
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